sábado, 30 de enero de 2010

En el Oxford Arms



Esta es la nueva adquisición, un bar inglés. Hay wifi gratis (gratis si consumes), te ponen un chocolate caliente de casi medio litro por menos de 3 euros y está realmente cerquita de casa.

La vida aquí sigue su curso. Esta mañana estuvimos en el mercado de St. Michel comprando carne, fruta y verdura. Es un barrio que está en el sur del casco histórico (más o menos) y en el que se ha instalado un número considerable de árabes. Parecería Marruecos si no fuera por la arquitectura y las iglesias (sobre todo las iglesias). Bueno, tampoco es para tanto... pero que es un barrio donde está instalada la comunidad árabe de Burdeos. Suele estar bastante bien de precio y hay mucha gente que va allí a comprar los fines de semana. Un tipo me ha intentado timar. Me vio cara de guiri y que no lo entendía bien cuando hablaba y al darme la vuelta me ha dado 20 céntimos cuando tenía que darme 1 euro. Se había equivocado de moneda, decía... Ése no sabe que aunque sea guiri, soy de Sevilla. Y prejuicios aparte, puedo ser más gitano que él si me lo propongo...
Es una pena que no haya hecho fotos. Porque es un sitio bastante pintoresco. La semana que viene haré y las colgaré por aquí ;)
Hemos almorzado chuletitas de cordero, patatas fritas, vino de burdeos y de postre, crepes con chocolate. Creo que volveré con algunos kilos de mas...

Hoy después de cenar saldremos por ahí. Aun no conocemos la noche bordolesa, y ya toca. Quién sabe lo que nos deparará el azar. Anoche al final no salimos. Estuvimos en la residencia de las españolas y después de cenar y charlar un rato, volvimos a casa. En el tranvía de vuelta nos encontramos con un "picaito" bordolés que estaba escuchando algo con unos cascos. Me decía que estaba recibiendo un mensaje de los extraterrestres, avisándole de cuando aterrizarían sobre el planeta. Y me ofrecía sus cascos para que yo pudiera también ser testigo de semejante acontecimiento. Yo le dije que no era digno de tales honores... (creo que paso de hacerme amigo de los "picaitos" bordoleses...).

Creo que es todo por hoy. esperaré un par de días antes de volver a escribir para que tenga más cosas que contar.

Os dejo una foto de lo primero que comimos cuando llegamos a casa el sábado pasado: vino con pan y vinito de Burdeos ;)

viernes, 29 de enero de 2010

C’est comme ça que ça commence


Ya hace casi una semana que estoy en Francia y hasta ahora no me he decidido a escribir en el blog. Que digo yo que para algo me lo he hecho…

El título de la entrada me parece muy apropiado (no es mío). Lo leí una vez en un libro y me encantó; se me antoja original y apropiado para el primer capítulo de un libro (suponiendo que esta entrada de lugar a muchas más…), así que con permiso de Sébastien Japrisot, lo voy a utilizar.

La llegada a Francia fue bien. Después de cinco horas esperando en París llegamos por fin a Burdeos. Cédric nos recogió en el aeropuerto y nos trajo a nuestra casa (como he comentado en varias ocasiones, vivo con Elena en el apartamento que hay en el jardín de la casa de una mujer que vive sola).


El apartamento es una cucada (esta palabra no forma parte de mi vocabulario en absoluto, pero para describir el lugar donde vivo, me parece la más adecuada). Tiene dos plantas: en la planta baja está la cocina, el salón

y un cuartito con un wc; en la planta de arriba están las dos habitaciones, un cuarto de baño y un espacio indefinido donde hay una mesa de estudio. El jardín tampoco tiene desperdicio.






























La primera semana hemos estado en la Alianza Francesa dando un curso de francés. Era un curso que ya había empezado en su momento y al que nos hemos acoplado como hemos podido, para dejarlo hoy. No está mal… Al menos nos ha servido como forma de inmersión lingüística. Y además la profesora era genial. Una jipi de
más de cincuenta años con el pelo naranja (naranja natural, nada de tintes) que ha pasado los últimos ocho años en América Central.


En cuanto a la ciudad, es increíble. Es una auténtica joyita, una exquisitez. De momento no he hecho mucha vida

de turista. Simplemente me he dedicado a recorrerla un poco para ir localizando los diferentes sitios que me serán útiles durante los próximos meses. Pasear y disfrutar de los paisajes urbanos, eso es lo que he hecho hasta ahora

. Ya me iré planificando para visitar museos, monumentos y demás lugares de interés histórico-cultural.



















Por lo pronto, este domingo (pasado mañana), tenemos pagada (esta beca es una maravilla) una visita organizada a Saint-Emilion, para conocer unos viñedos y probar un poco el vino de por aquí.


En cuanto al aspecto profesional, parecía que la cosa iba a ir bien. Tuve la entrevista con el jefe del departamento de Neurología y parece que nos entendimos bastante bien. Debía comenzar el lunes 1 de febrero, pero ayer me llamó Cédri

c para decirme que había habido un pequeño problema burocrático (“c’est tout le temps la même chose en France”, me dicen los propios franceses cuando les cuento esto), y que estamos pendientes de un correo por parte del director de no sé qué, que llegará el martes. Así que a partir del miércoles espero poder comenzar las prácticas.


Esta noche vamos a cenar (bueno, en realidad esta tarde… y es que aquí se cena a unas horas muy raras) con unos amigos españoles que hemos hecho. Lo bueno es que también hay franceses, y procuramos hablar en francés. Sería absurdo venir a Francia para practicar el español… Iremos a la residencia donde están algunos de ellos y después supongo que saldremos por ahí…


Eso es todo, por ahora…


(perdón por la maquetación desastrosa...)