sábado, 27 de marzo de 2010

Un domingo en Burdeos (II).

Aunque sea dos semanas más tarde, me gustaría subir las fotos del día que estuve contando en la última entrada. Aquella vez actualicé desde mi casa y la conexión que tenemos no da para muchas filigranas. Ahora que estoy en el flunch (esta vez estoy consumiendo, la última vez que vine conseguí estar dos horas sin consumir nada y sin que nadie me dijera que me fuera... acabé yéndome por aburrimiento).
Mañana intentaré actualizar para contar la evolución de mi trabajo en el hospital durante las últimas semanas. Hay bastante que contar, y lo malo de no poder actualizar asiduamente es que cuando actualizo tengo que contar al mismo tiempo los problemas con los que me encontré y las soluciones que vinieron días después. Y claro, así la historia pierde interés...
Pero así son las cosas, y ya ando por el hospital como Pedro por su casa (bueno, más o menos...). Me encanta el trabajo, desde llamar a los médicos de familia de los pacientes y preguntarles algun punto poco claro de la historia clínica (ya me preguntan como van y hablo un ratillo con ellos), las exploraciones neurológicas, hacer punciones lumbares, extraer fecalomas (sí, los pacientes neurológicos hacen fecalomas, y hay que sacárselos de alguna manera...) o intentar negociar con los de rayos alguna prueba de urgencia...
Pero bueno, eso es otra historia.

Yo hoy había quitado las telarañas del blog para subir las fotos del domingo 14 de marzo:



Este soy yo antes de empezar a comerme las ostras. Llegué a comerme una docena...




Yo en plan dibujito animado, con dos platos de ostras en las manos (Elena va a hacer un cómic de todo esto al final de nuestra estancia en Burdeos).




Éste es Chema posando en el mercado de Chartrons. Yo ando por ahí detrás.




Elena en el mercado de Chartrons. Los vinos siempre presentes en Burdeos...




Éste es el meandro del que yo hablaba en la anterior entrada. Desde Chartrons ves toda la orilla hasta Saint Michel (la torre que se ve al fondo). Es una maravilla. Ahí era aun temprano. Cuando empieza a atardecer las vistas son increibles...




Se pasaron media hora hablando ahí subidos. La foto era una excusa para pillarlos sin parecer impoli...




Laurent, Elena y Chema.




Maria, Savina y yo.




Auténticos lobos de mar.




Llegando a Quinconces.




Savina, yo, Laurent y Chema en el puente de madera.




Todos en la feria.




Me encanta esta foto y Elena diciendo: "Pa que me hagas una foto tú a mí, te la hago yo a ti..."




Atardeciendo en Burdeos.


Y más o menos ese fue nuestro día. Que pena no tener una conexión en condiciones para podre actualizar más a menudo, con fotos incluidas.

Saludos.

domingo, 14 de marzo de 2010

Un domingo en Burdeos.




Burdeos es una ciudad en la que se trabaja durante la semana y se vive durante el “week-end”, sobre todo el domingo. Así que siempre hay mil cosas para hacer.
Nosotros hemos estado en el mercado de Chartrons, uno de los mercados más “elegantes” de la ciudad, dicen. Es de los más caros, al menos. Llegamos allí sobre mediodía y estuvimos dando un paseo. Había de todo: carnicerías, fruterías, tiendas de embutidos, puestos de vino y cidra, puestos de flores, pescaderías, un hombre que vendía sombreros (preciosos y carísimos), más puestos de flores (en Burdeos hay muchos puestos de flores, y lejos de lo que yo pensaba, no son nada caras...), una pizzería, fruterías de nuevo, tiendas de especias (he comprado un saquito de especias para hacer vino tinto caliente, como el que beben por Alemania), puestos de chucherías y pastelería, panaderías… y lo mejor de todo, puestos donde venden ostras. Son ostras que vienen directamente de Arcachon, que es un pueblito que está junto al Bassin d’Arcachon (bassin creo que significa estanque, o eso dice el diccionario, pero el de Arcachon comunica con el Atlántico) y te las ponen abiertas en un platito (un plato de 6 ostras, 5.5 € con su limón y además, pan con mantequilla). Tienen sus mesitas al lado para que te sientes, a la orillita del río, a comértelas mientras te bebes un vasito de vino blanco, como todo un señor. Yo me comí doce.
La respuesta es no.
Creo que ha sido una de las experiencias más agradables que he vivido desde que estoy en Burdeos. Tanto es así, que fue por eso por lo que me levanté y pedí un segundo plato. ¡Qué ricas están las ostras de Arcachon!

Después de las ostras dimos otro paseo por el mercado. El alcohol del vino blanco me hizo perder el freno sobre la cartera y empecé a gastar y gastar. Me compré un fuet, una pizza, tres pasteles, la bolsita de especias, pan… todo a precio del rincón del gourmet de El Corte Inglés… (en Burdeos la gente es bastante burguesilla), pero teniendo en cuenta que entre semana no tengo tiempo material para gastar dinero…

Justo después se nos unieron Savina, María y Laurent. Hasta entonces habíamos estado Elena (mi compañera de piso), Chema (un sevillano que trabaja en Burdeos después de haber hecho unas prácticas Leonardo) y yo. Savina y María son italianas, y están trabajando en Burdeos como asistentes de lenguas en un instituto. Laurent es francés y bordelés (me ha explicado varias veces a qué se dedica pero nunca llego a enterarme bien). Fuimos a una cafetería del paseo que hay junto al río y allí estuvimos disfrutando del sol. Cuando sale el sol, todo el mundo en Burdeos sale a la calle, como si fueran caracoles. Y era una maravilla estar allí con tanta gente paseando. Estuvimos planificando una serie de viajes que seguramente no hagamos, pero no importa. Era agradable de todos modos, tener gente con la que planear cosas.

Después del café seguimos paseando junto al río, haciendo fotos. Burdeos es preciosa. Estoy enamorado de esta ciudad. Como todos los edificios son de piedra, la luz que hay a esa hora en esa parte de la ciudad es increíble. El río hace un meandro enorme y super amplio y desde una punta estás viendo todo el paseo fluvial con todos los edificios y el puente de piedra. Me encanta.

Llegamos hasta la explanada de Quinconces. Hay allí ahora una feria (en realidad es sólo una calle del infierno, sin casetas), llena de atracciones y puestos de “chichis chauds” (chichi es la palabra que usan los franceses para referirse a los churros… y es muy gracioso ver a la gente por ahí diciendo que vende chichis calientes…) y puestos de “barbe à papa”, (me ha encantado ese nombre), que es el algodón de azúcar, de muchísimos sabores. Después de recorrernos todas las calles de la feria y llegar a la conclusión de que éramos muy viejos para montarnos en las atracciones que no nos asustaban, nos fuimos a tomar una cerveza.

Y así más o menos es como hemos pasado el día.

Hasta la próxima.


En la foto se ve parte del paseo por el que hemos estado hoy. El mercado de Chartrons y la zona donde están las cafeterías quedaría más a la derecha, fuera de la foto. La explanada de Quinconces se queda fuera por la izquierda. La foto no la he hecho hoy, vaya...

sábado, 13 de marzo de 2010

sobreviviendo en Pellegrin...




Hace mucho que no escribo, y la verdad es porque no tengo tiempo. En casa no tengo Internet (sólo una wifi pirata que pillamos de vez en cuando pero que apenas da para leer el correo y responder -sólo a veces-) y en el hospital no me hace gracia ponerme a actualizar el blog... Así que para escribir tengo que cogerme el ordenador y venir a alguna cafetería con wifi. Y teniendo en cuenta que un ordenador de diecisiete pulgadas es, más que portátil, transportable, no es algo que me apetezca hacer muy a menudo. Pero bueno, hoy lo he hecho.

La última vez me quedé en que había estado en las urgencias. Después de aquello, he estado dos semanas en el Hospital de Semana, que como su propio nombre indica, es una zona de la planta que está abierta sólo de lunes a viernes. Normalmente ingresan pacientes que han hecho un brote de esclerosis múltiple y vienen a hacer una cura de corticoides, para lo que necesitan estar cinco días ingresados (si ha sido un brote motor) o tres días (si ha sido un brote sensitivo). También ingresan pacientes que tienen dolencias extrañas y a los que hay que hacerles un estudio diagnóstico con varias pruebas (punción lumbar, análisis de sangre, pruebas de imagen, pontenciales evocados... ), dependiendo de la sospecha diagnóstica. Para ello ingresan, para hacerles todas las pruebas en un par de días y luego les dan el alta. Anda que en el SAS te van a ingresar para eso... tardas tres o cuatro meses en tener todas las pruebas.
Junto al Hospital de Semana está el Hospital de Día. A éste vienen pacientes que hacen curas mensuales con algún tratamiento de fondo para la esclerosis múltiple. Lo más frecuente son las curas con Tysabri. El Tisabry es el natalizumab, que es un anticuerpo monoclonal que se usa en el tratamiento de fondo de la esclerosis múltiple. Realmente funciona muy bien porque evita la aparición de nuevos brotes de la enfermedad, es bien tolerado y apenas tiene efectos indeseables. El único problema es que provoca una inmunosupresión a nivel del SNC y el paciente puede desarrollar una LEMP (Leucoencefalopatía Multifocal Progresiva), que es una enfermedad que puede provocar una gran invalidez o incluso la muerte. Aún así no es muy frecuente y suele aparecer a partir de los dos años de tratamiento, pero por eso hay que ver en cada visita si el paciente ha desarrollado nuevos síntomas que puedan hacer sospechar una LEMP y hacer una resonancia cada cierto tiempo. La verdad es que el balance riesgo/beneficio compensa. A mí me gusta ver a los pacientes que vienen a hacer las curas y sentarme con ellos a charlar y qué me cuenten qué va bien y qué va mal. Luego los exploro para ver si hay signos de nuevos brotes. Por lo general todos están contentos con el tratamiento, aunque ayer vino una mujer que decía que había estado buscando información por Internet y que se estaba planteando el dejarlo... Internet siempre liándola parda... ¿Para qué sirven los médicos habiendo google?, debe pensar más de uno... Tsss...

Ayer estuve hablando con Fanny, la residente simpática de la segunda semana, y me preguntó si finalmente iba a hacer guardias o no. Le dije que no tenía ni idea, que no sabía lo que iba a decirme el profesor B. (creo que voy a seguir manteniendo su nombre oculto). Ella me dijo, que si fuera yo, no las hiciera ni de coña. Porque las guardias en urgencias son una jungla en la que hay que estar batallando con unos y con otros para que, por un lado, te dejen hacer tu trabajo, y por otro, no te endosen el suyo. Me dijo que aunque en la planta me desenvuelvo bien, en las urgencias me voy a agobiar porque no manejo bien la lengua como para estar peleándome con la gente... Y es que aquí hasta para hacerle un TAC a un paciente hay que "negociar" con los de rayos. Tienes que argumentarle bien por qué quieres hacerlo, y si ellos lo consideran, lo hacen. Y si no lo consideran, es cuando tienes que empezar a "negociar". Cuando digo "negociar" quiero decir comerle la oreja al que sea hasta convencerlo. "On va profiter de toi", fue la conclusión que saqué.

Así que en general bien. Excepto por los horarios... Aquí trabajan muchas más horas en que en España, porque el concepto de "médico de guardia por la tarde" no existe. Pero bueno, me voy acostumbrando y cada vez me cuesta menos trabajo seguir el ritmo de trabajo en francés.

Otro día hablaré de mis compañeros. Sobre todo de dos enfermeras, Marie y Claire, que si no fuera por ellas yo estaría muy perdido en el hospital. Están siempre pendientes de mí y explicándome las cosas de funcionamiento interno de las que no me entero y que los médicos por lo general pasan de explicar... También los estudiantes me echan una mano muy amenudo. La verdad es que si no fuera por el equipo, que me arropa bien y es consciente de que es dificil para mí seguir el ritmo muchas veces, habría abandonado hace mucho.

Eso es todo. Hoy no tengo foto del hospital ni de mis compañeros para poner. Así que voy a poner una de Burdeos.

Hasta más ver.