viernes, 29 de enero de 2010

C’est comme ça que ça commence


Ya hace casi una semana que estoy en Francia y hasta ahora no me he decidido a escribir en el blog. Que digo yo que para algo me lo he hecho…

El título de la entrada me parece muy apropiado (no es mío). Lo leí una vez en un libro y me encantó; se me antoja original y apropiado para el primer capítulo de un libro (suponiendo que esta entrada de lugar a muchas más…), así que con permiso de Sébastien Japrisot, lo voy a utilizar.

La llegada a Francia fue bien. Después de cinco horas esperando en París llegamos por fin a Burdeos. Cédric nos recogió en el aeropuerto y nos trajo a nuestra casa (como he comentado en varias ocasiones, vivo con Elena en el apartamento que hay en el jardín de la casa de una mujer que vive sola).


El apartamento es una cucada (esta palabra no forma parte de mi vocabulario en absoluto, pero para describir el lugar donde vivo, me parece la más adecuada). Tiene dos plantas: en la planta baja está la cocina, el salón

y un cuartito con un wc; en la planta de arriba están las dos habitaciones, un cuarto de baño y un espacio indefinido donde hay una mesa de estudio. El jardín tampoco tiene desperdicio.






























La primera semana hemos estado en la Alianza Francesa dando un curso de francés. Era un curso que ya había empezado en su momento y al que nos hemos acoplado como hemos podido, para dejarlo hoy. No está mal… Al menos nos ha servido como forma de inmersión lingüística. Y además la profesora era genial. Una jipi de
más de cincuenta años con el pelo naranja (naranja natural, nada de tintes) que ha pasado los últimos ocho años en América Central.


En cuanto a la ciudad, es increíble. Es una auténtica joyita, una exquisitez. De momento no he hecho mucha vida

de turista. Simplemente me he dedicado a recorrerla un poco para ir localizando los diferentes sitios que me serán útiles durante los próximos meses. Pasear y disfrutar de los paisajes urbanos, eso es lo que he hecho hasta ahora

. Ya me iré planificando para visitar museos, monumentos y demás lugares de interés histórico-cultural.



















Por lo pronto, este domingo (pasado mañana), tenemos pagada (esta beca es una maravilla) una visita organizada a Saint-Emilion, para conocer unos viñedos y probar un poco el vino de por aquí.


En cuanto al aspecto profesional, parecía que la cosa iba a ir bien. Tuve la entrevista con el jefe del departamento de Neurología y parece que nos entendimos bastante bien. Debía comenzar el lunes 1 de febrero, pero ayer me llamó Cédri

c para decirme que había habido un pequeño problema burocrático (“c’est tout le temps la même chose en France”, me dicen los propios franceses cuando les cuento esto), y que estamos pendientes de un correo por parte del director de no sé qué, que llegará el martes. Así que a partir del miércoles espero poder comenzar las prácticas.


Esta noche vamos a cenar (bueno, en realidad esta tarde… y es que aquí se cena a unas horas muy raras) con unos amigos españoles que hemos hecho. Lo bueno es que también hay franceses, y procuramos hablar en francés. Sería absurdo venir a Francia para practicar el español… Iremos a la residencia donde están algunos de ellos y después supongo que saldremos por ahí…


Eso es todo, por ahora…


(perdón por la maquetación desastrosa...)


3 comentarios:

  1. Me alegro de verte por esto mundos. Ya verás que los franceses se quejan de la burocracia, pero no te asustes, en ningún momento se llega a niveles españoles.
    La casa monísima de la muerte.
    Besos

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  2. Presi, vaya sitio chulo donde vives, eh. Voy a ir mirando billetes para una curita de estrés en condiciones :P. El lunes en cuanto vea a mi adjunto le pregunto más cosas que ver por allí. Me tienes que enviar una postalita eh.
    Besitosss.

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